Si tuviésemos que elegir las lesiones o alteraciones que detectamos con mayor frecuencia en una colonoscopia, sin duda alguna estas serían los pólipos de colon. También es probable que conozcamos a alguien cercano que haya tenido pólipos, o incluso que seamos nosotros mismos a quienes nos los han diagnosticado.
Aunque a modo de introducción esto parece interesante, lo que realmente le importa saber a la gente es qué significa tener pólipos. Pues bien, la relevancia de estas lesiones radica en el potencial que tienen para transformarse en tumores, es decir, que pueden provocar cáncer de colon. Sin embargo, lo más habitual es que aparezcan en etapas avanzadas de la vida, pudiendo tardar hasta más de 10 años en convertirse en un tumor. Además, no todos los pólipos tienen el riesgo de volverse malignos.
Como veremos más adelante, este es el principal motivo por el que se han establecido distintos programas e indicaciones para la realización del cribado poblacional de cáncer colorrectal. Su objetivo es detectar estas lesiones en las etapas más iniciales, cuando aún su potencial tumoral es mínimo, para poder eliminarlos antes de que se transformen en algo peor.
Por lo tanto, con el siguiente artículo queremos intentar aclararos todo lo relacionado con este tipo de lesiones, además de intentar concienciaros sobre la necesidad de estudiarlos siempre que este indicado.
Índice de secciones
¿Qué es un pólipo?
Los pólipos son crecimientos o protuberancias de la mucosa normal que pueden aparecer en diferentes cavidades de nuestro organismo. Su presencia en el colon es relativamente frecuente, aumentando a medida que nos hacemos mayores, especialmente desde los 50 años. A partir de esta edad se calcula que entre un 30 – 50% de las personas pueden llegar a tener pólipos de colon. Además, el 90% de los que se detectan se dan en mayores de 50 años.
Los motivos por los que aparecen se desconocen, aunque se considera que la dieta y nuestros hábitos de vida pueden estar implicados. Entre otros, se han relacionado con la ingesta abundante de carne roja y procesada, con la dieta pobre en fibra, con la obesidad o con el tabaco. Además, en determinadas familias el riesgo de presentarlos es mayor, por lo que también es probable que la genética esté implicada en el proceso.
¿Dan síntomas los pólipos de colon?
En general los pólipos de colon no provocan ningún tipo de síntoma. A pesar de esto, si son muy grandes, son muchos o han evolucionado hasta convertirse en un tumor, sí que podrían causar las siguientes alteraciones.
- Anemia: se produce por el roce de la superficie de los pólipos, que sangra con facilidad. Puede ser muy marcada en caso de que sean muchos o de gran tamaño.
- Sangrado rectal: el proceso sería similar a la anemia, pudiendo ver el sangrado si están en la parte final del colon. Sin embargo esto solo ocurre cuando son muy grandes.
- Dolor: aparece solo si el pólipo es lo suficientemente grande como para obstruir la luz intestinal, siendo esto muy raro.
- Cambio del ritmo intestinal: la aparición repentina de estreñimiento o diarrea a partir de los 50 años nos debe hacer sospechar la posibilidad de un pólipo de gran tamaño o la presencia de un tumor entre otras posibilidades.
¿Qué tipos de pólipos de colon existen?
Existen distintos tipo de pólipos en el colon que podemos clasificar basándonos en varios factores. El principal suele ser la capacidad que tienen para transformarse en lesiones malignas, aunque también nos ayudamos de su aspecto y de su composición. En base a lo anterior podemos distinguir los siguientes tipos.
Pólipos hiperplásicos
Se considera que los pólipos hiperplásicos no tienen capacidad de malignizar, por lo que en principio serían benignos. Generalmente son menores de 5 mm, de aspecto blanquecino o pálido, similar a la mucosa colónica normal y su localización típica son el recto y el sigma, aunque pueden aparecer en cualquier parte del colon.
Siempre que se identifiquen correctamente y tengan estas características, no será necesario eliminarlos. Por el contrario, si son de mayor tamaño o aparecer en el colon derecho, sí será necesario.
Pólipos serrados
Los pólipos serrados son una variante de los hiperplásicos que sí tiene cierto riesgo de transformarse en un tumor. Se diferencian de los anteriores en su tamaño, que es mayor y su localización en el colon derecho. El aspecto es similar a una nube transparente, que en muchas ocasiones está cubierta por moco. Su origen se ha relacionado con alteraciones genéticas, mientras que el término serrado viene derivado del aspecto que tienen al estudiarlas en un microscopio. Deben eliminarse siempre que se detecten.
Pólipos adenomatosos
Los pólipos adenomatosos son los que tienen mayor riesgo de malignizar, además de ser los que encontramos con mayor frecuencia. Aparecen en cualquier parte del colon, siendo de coloración ligeramente rojiza y pudiendo tener múltiples formas y tamaños como veremos más adelante.
Se estima que su media de crecimiento es de 0,5 mm al año, produciendo cáncer de colon únicamente el 5% al cabo de 7 – 10 años. Obviamente, el riesgo de progresión tumoral será mayor en los pólipos adenomatosos de gran tamaño y menor en los pequeños.
Debemos eliminarlos siempre que los detectemos y hayamos comprobado que no tienen características o rasgos de haberse transformado en un tumor.
Pólipos inflamatorios
Estos pólipos no tienen riesgo de malignizar. Aparecen asociados a procesos inflamatorios del colon, por ejemplo a los divertículos. Se caracterizan por tener un aspecto enrojecido, pudiendo estar en ocasiones ulcerados o cubiertos por una capa blanquecina.
En el caso de que aparezcan asociados a una enfermedad inflamatoria intestinal, ya sea colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, se denominan pseudopólipos. En este caso se producen por la inflamación crónica de la mucosa y posterior curación de la misma.
Los pólipos inflamatorios nunca se tratan salvo que nos quede alguna duda sobre su origen o provoquen síntomas.
¿Cómo se pueden clasificar los pólipos de colon?
Existen distintas clasificaciones que nos ayudan a describir las características de los pólipos de colon de forma uniforme. Además, también nos orientan sobre el riesgo de malignidad y el tipo de lesión que pueden ser.
Según su morfología
La morfología nos puede ayudar a relacionar el pólipo con la capacidad de invasión tumoral que puede tener. Se considera que las lesiones deprimidas o ulceradas son las que tienen mayor potencial. Diferenciamos los siguientes.
- Sesiles: cuando su altura es proporcional a su diámetro.
- Pediculados: cuando están separados de la mucosa por un pequeño tallo.
- Planos: prácticamente están a la misma altura que la mucosa normal, teniendo mayor diámetro que altura.
- Deprimidos: si predomina una zona hundida en la lesión.
- Ulcerados: tienen una ulceración profunda, siendo los que tienen mayor riesgo de ser un tumor.
Por otro lado, aquellos pólipos planos que se extienden más de 1 cm de forma lateral se denominan LST (siglas en inglés de tumor de expansión lateral). Si son completamente planos decimos que son no granulares, mientras que si tienen la superficie abultada los llamamos granulares.
Según su aspecto
Empleando distintas técnicas de imagen se valora el aspecto superficial de los pólipos para determinar el tipo de lesión que pueden ser y por tanto el riesgo de los mismos. Se pueden utilizar tinciones sobre el pólipo para destacar su patrón o emplear medios electrónicos que cambian el color de la imagen endoscópica y nos sirven para estudiar la vascularización.
¿Cómo se diagnostican los pólipos de colon?
La técnica de elección para detectar este tipo de lesiones es la colonoscopia. Sin embargo, esto no significa que este indicado realizársela a toda la población con el fin de descartar o confirmar su presencia, puesto que sería una labor prácticamente imposible de asumir por los sistemas sanitarios.
En su lugar, basándose en los datos de edad y frecuencia de aparición de los pólipos, se han establecido programas de prevención de cáncer colorrectal. En estos se realiza un test de sangre oculta en heces, de modo que en aquellos en los que es positivo sospecharemos que pueden tener pólipos y les realizaremos un colonoscopia, mientras que si es negativo no será necesario realizarla.
Por último, el diagnóstico definitivo sobre el tipo de lesión y el riesgo tumoral que tiene nos lo indicará el patólogo una vez que el pólipo ha sido eliminado, procesado y analizado.
En cuanto al seguimiento, tanto si se detectan pólipos como si no, debe hacerse según las guías y protocolos que se apliquen en cada centro, basados en consensos nacionales o internacionales.
TAC-colonoscopia
Sería la alternativa a la colonoscopia en aquellos pacientes en los que no se pueda realizar por distintos motivos. Tiene la ventaja de que no requiere sedación y es menos molesta, con los inconvenientes de radiar al paciente y no poder realizar tratamiento si se detecta algún pólipo.
¿Cómo se tratan los pólipos de colon?
El tratamiento de elección, siempre que estemos ante un pólipo con riesgo de transformación tumoral, sería la resección endoscópica. Si se trata de lesiones pequeñas es posible que se puedan eliminar en la misma colonoscopia en la que se diagnostican, mientras que si son muchos o de gran tamaño es probable que se tenga que citar una nueva prueba.
Dependiendo de su forma y tamaño, podemos emplear distintos instrumentos y técnicas. Los que realizamos con mayor frecuencia son las que describimos a continuación, aunque existen más alternativas.
- Pinza de biopsia: se puede utilizar en pólipos diminutos (1 – 3 mm). Tiene el riesgo de que se pueda quedar algún fragmento.
- Asa fría: tienen formas y tamaños muy variados. Se emplean con pólipos menores de 10 mm. Disminuye el riesgo de daño térmico en capas profundas y de sangrado diferido.
- Asa caliente: se utiliza para cortar lesiones mayores de 10 mm empleando el paso de corriente eléctrica.
- Mucosectomía: es similar al asa caliente con la diferencia de que se eleva la mucosa del colon inyectando distintas sustancias con una aguja. Esto disminuye el riesgo de que se perfore el colon y permite cortar fragmentos de mayor tamaño. Se utilizaría en lesiones grandes y difíciles.
Nuestro consejo
Los pólipos de colon son los principales responsables de la aparición de cáncer colorrectal, especialmente a partir de los 50 años. Por lo general no dan ningún tipo de síntoma, por lo que cuando estos aparecen es posible que sea demasiado tarde para actuar. Para evitar esto debemos estar al tanto de los distintos programas de prevención de los que disponemos en nuestro entorno y si es necesario realizarnos una colonoscopia.
Aunque suene a tópico, en el caso de los pólipos de colon es más mucho más importante prevenir que curar.
Fuentes
Prevalence of adenomas and colorectal cancer in average risk individuals: a systematic review and meta-analysis. Clinical Gastroenterology and Hepatology. Diciembre 2009.
Management of Malignant Colon Polyps: Current Status and Controversies. World Journal of Gastroenterology. Diciembre 2014.
The Dark Side of the Colon: Current Issues Surrounding the Significance, Prevalence, Detection, Diagnosis and Management of Serrated Polyps. Current Opinion in Gastroenterology. Enero 2019.
Post-polypectomy colonoscopy surveillance: European Society of Gastrointestinal Endoscopy (ESGE) Guideline – Update 2020. Endoscopy. Junio 2020.