El café es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial. De hecho hasta un 90% de la población toma a diario algún producto que contiene derivados de este, como la cafeína. Para muchos supone el empuje inicial que necesitan para empezar la jornada, otros lo consideran un estímulo para concentrarse en distintas actividades, mientras que hay quien simplemente lo toma por placer o lo usa como excusa para juntarse con otras personas.
Si nos remontamos al inicio, parece que el árbol del café se originó en África, concretamente en Etiopía. Desde allí fue expandiéndose por todo el mundo entre los siglos XV y XVII gracias al comercio y los viajes coloniales. Su olor tostado, sabor amargo y color oscuro han sido clave a la hora de conquistar el corazón de millones de personas, sin olvidarnos de otro aspecto fundamental, el efecto estimulante que provoca.
Está claro que el café tiene un gran valor gastronómico y su producción supone un pilar fundamental para la economía de muchos países. Sin embargo, ¿qué ocurre desde el punto de vista sanitario?, ¿es realmente sano tomar café u otros productos que contienen cafeína?
Se han realizado múltiples estudios para evaluar los posibles efectos de su consumo sobre la salud. Hay que tener en cuenta que el café se suele tomar con leche o azúcar, mientras que las bebidas derivadas contienen más ingredientes. Por lo tanto no es fácil realizar estudios que analicen únicamente los efectos derivados del consumo del café o de la cafeína.
A pesar de esto disponemos de bastante literatura como para poder sacar varias conclusiones que iremos desgranando a lo largo de este artículo. Además, como no podía ser de otra forma, le daremos mayor protagonismo a la parte digestiva. Por lo tanto te recomendamos que te sirvas un buen café y disfrutes del texto.
Índice de secciones
¿Qué es la cafeína?
La cafeína es un compuesto químico que se extrae del café y que tiene efectos estimulantes en el sistema nervioso. Sin embargo, no es exclusiva de este, sino que también puede obtenerse de otras plantas como el té, el mate o el guaraná, aunque recibiendo otros nombres. Incluso está presente en el cacao en baja proporción.
Cuando consumimos algún producto con cafeína esta se absorbe en el tubo digestivo y es llevada al hígado, donde se metaboliza y pasa a la sangre. A través del sistema circulatorio se repartiría por el resto del organismo, pudiendo alcanzar incluso la placenta o la leche materna en caso de embarazo.
En base a distintos estudios, parece que un consumo de hasta 400mg de cafeína al día es seguro. Para hacernos una idea, una taza de café molido de 235 ml contiene una media de 130 mg, un café instantáneo 90mg, un descafeinado 5mg, una coca cola unos 40mg o un redbull hasta 80mg. Respecto a los niños y adolescentes, los límites que resultan saludables se han establecido en 2,5mg de cafeína por Kg de peso.
Por último, debemos tener en cuenta que la cafeína puede interaccionar con algunos medicamentos, especialmente al consumir altas dosis.
- Evitar: estiripentol.
- Ligera precaución: bupropion, ciprofloxacino, linezolid, litio, clozapina.
Efectos generales del café sobre la salud
Aparte de la cafeína, el café contiene muchas otras sustancias que pueden producir distintos efectos en nuestro cuerpo. Debemos tener en cuenta que el tipo y la cantidad de las mismas pueden depender de la variedad, el origen, la preparación del grano, el tueste o incluso del filtro utilizado para elaborar el café. Sin embargo, en términos generales, se han asociado las siguientes propiedades a su consumo.
- Previene el desarrollo de tumores
- Actúa como antioxidante
- Puede alterar el metabolismo de las grasas
- Podría inducir la producción de enzimas desintoxicantes en el hígado
- Parece aumentar la presión arterial en aquellos que no lo consumen habitualmente
Café y aparato digestivo
El café guarda una relación directa con nuestro sistema digestivo, tanto por su proceso de absorción como por los efectos que puede producir en él, especialmente en el hígado. En diversos estudios se ha asociado a las circunstancias clínicas que describimos a continuación.
Enfermedad por reflujo gastroesofágico: no se ha demostrado claramente que el café aumente el riesgo de reflujo. Sin embargo, sabemos que la cafeína tiene capacidad para estimular el esfínter esofágico inferior. En este caso en concreto nuestra recomendación es valorarlo individualmente. De esta forma, si el reflujo aparece claramente al tomar café o productos con cafeína, deberíamos evitar su consumo.
Fibrosis y cirrosis hepática: en este caso sí se ha demostrado que el consumo de café reduce el riesgo de desarrollarlas, pudiendo incluso prevenir su progresión en pacientes con hepatitis C. Además, un estudio reciente ha demostrado que este efecto no es dependiente de la cafeína, puesto que también se ha objetivado en pacientes que consumían café descafeinado. Por último, parece que podría beneficiar ligeramente a los pacientes con enfermedad por hígado graso.
Estreñimiento: parece que el consumo de café lo mejora. Por el contrario, el té a pesar de contener teína (similar a la cafeína) tiene el efecto contrario. Esto se ha relacionado con la participación de otros componentes del té que anularían el efecto de la teína sobre la musculatura intestinal.
Tumores digestivos
Cáncer de hígado: varios estudios han demostrado que el café consumido de forma regular es un factor protector. De hecho hay que tener en cuenta que el cáncer suele aparecer en pacientes con fibrosis avanzada y cirrosis, frente a las que el consumo de café también tiene un efecto positivo. Esto se ha relacionado con su capacidad antioxidante.
Cáncer colorrectal: no está claro si tomar café realmente influye sobre este tipo de tumores. De hecho, los resultados en los distintos estudios publicados son bastante contradictorios. Unos dicen que protege, algunos incluso independientemente de la cafeína, mientras que otros lo niegan.
Cáncer orofaringeo: disminuye el riesgo de padecer tumores en la cavidad oral y en la faringe.
Café y efectos neurológicos
¿Quién no ha recurrido alguna vez al café en esos largos días de estudio que parecían no acabar? ¿Cuántas veces nos habrá salvado en el trabajo tras una noche demasiado corta? ¿Y cuándo nos entra sueño y queremos seguir en pie?
En estas situaciones el papel que juega la cafeína es fundamental. Su consumo mejora nuestro tiempo de reacción, estado de alarma, capacidad cognitiva e incluso la visión espacial. Estos efectos son especialmente significativos cuando estamos cansados o tenemos falta de sueño.
En cuanto a situaciones específicas, se ha relacionado con las siguientes:
- Enfermedad de Parkinson: el consumo de café disminuye el riesgo de desarrollar la enfermedad, aunque el mecanismo de protección se desconoce. Por el contrario, es importante destacar que en mujeres postmenopáusicas que toman tratamiento hormonal de sustitución, el consumo de cafeína parece aumentar el riesgo.
- Alzheimer: parece que puede tener cierto efecto protector, aunque se necesitan datos más consistentes.
- Dolor de cabeza, ansiedad, insomnio: se han relacionado con el consumo de altos niveles de cafeína. Son menos marcados en aquellos que la toman de forma crónica.
Café y otras enfermedades
Diabetes
En estudios a largo plazo se ha demostrado que el consumo de café y té mejoran la resistencia a la insulina. Esto se traduce en un mejor control de las cifras de azúcar en sangre en los pacientes diabéticos.
Cardiovasculares
Parece que un consumo dentro de las dosis recomendadas no aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Únicamente podría aumentar algo la tensión arterial en aquellos que lo consumen de forma puntual o superan los niveles recomendados.
El café a dosis normales no provoca arritmias. Por el contrario si tomamos dosis elevadas, especialmente en pacientes con enfermedades cardiacas de base, podría existir cierto riesgo.
Osteoporosis
Hay datos que sugieren que su consumo puede favorecer la desmineralización ósea, aumentando el riesgo de fracturas en mujeres, especialmente en aquellas con una ingesta disminuida de calcio.
Tumores
Por el momento no se ha demostrado ninguna relación entre el café y un mayor riesgo de padecer cáncer. De hecho, tanto este como el té nos protegen frente a determinados tumores gracias a su actividad antioxidante entre otras. En concreto, además de con el cáncer de hígado como ya comentamos previamente, se ha relacionado con los siguientes.
- Cáncer de mama: según varios estudios el café podría reducir el riesgo de desarrollarlo, sin embargo en otros las conclusiones no están tan claras.
- Cáncer de pulmón: en este caso también resulta difícil dar una recomendación. En varios análisis parece que puede tener un efecto protector leve. Sin embargo un análisis ha llegado a afirmar que el café aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón, aunque no tuvieron en cuenta la asociación con el tabaco.
- Cáncer de próstata: tanto el té como el café tienen un efecto protector.
Nuestro consejo
Como hemos visto, el consumo de café es un hábito saludable en la mayoría de personas, siempre que se realice con moderación. De hecho, ha demostrado tener múltiples propiedades positivas sobre nuestro cuerpo, especialmente a nivel tumoral. Sin embargo, aún queda camino por recorrer. Necesitamos más estudios de calidad que nos permitan seguir descubriendo sus propiedades y refuercen las bases de los datos disponibles hasta ahora.
Finalmente, nuestro consejo es que tanto si sois amantes de esta bebida o simplemente la tomáis por necesidad, podéis seguir consumiéndolo sin ningún inconveniente. Y si aún no lo sois os invitamos a adentraros en el fascinante universo cafetero y aprovechar todos sus beneficios saludables.
Fuentes
Organización internacional del café
The Impact of Coffee and Its Selected Bioactive Compounds on the Development and Progression of Colorectal Cancer In Vivo and In Vitro. Molecules. Diciembre 2018.
Coffee consumption and health: umbrella review of meta-analyses of multiple health outcomes. The British Medical Journal. Enero 2018.
Association Between Caffeine Intake and All-Cause and Cause-Specific Mortality: A Population-Based Prospective Cohort Study. Mayo Clinic Proceedings. Agosto 2017.